Cuando se trata de grabaciones, el sonido ambiente es el intruso que nadie quiere en su estudio. El zumbido de un ventilador o el tráfico exterior pueden ser suficientes para opacar una ardua jornada de grabación. No importa qué grabes: el ruido no deseado puede arruinar el resultado final. Por eso, minimizar las interferencias sonoras es la clave para obtener un audio nítido y profesional. Lo bueno es que hay soluciones accesibles y efectivas que pueden transformar cualquier espacio de grabación. Ahora te compartimos algunas.
¿Qué es el sonido ambiente?
Le llamamos sonido ambiente a cualquier ruido de fondo que se percibe en un espacio determinado. Este puede incluir sonidos naturales, como el viento o la lluvia, y ruidos artificiales, como el zumbido de electrodomésticos, el tráfico o conversaciones lejanas. Aunque en algunos contextos puede ser deseable, como en producciones cinematográficas donde aporta realismo, en grabaciones de música o voces suele ser un obstáculo que reduce la calidad del audio. Un entorno lleno de contaminación acústica impacta directamente en la calidad de las grabaciones. No importa qué tan talentoso seas o cuán caro sea tu equipo: el ruido ambiental puede transformar una grabación prometedora en algo amateur.
Para los músicos, este problema significa que los detalles delicados de un instrumento se pierden entre frecuencias no deseadas. Cada nota parece estar “sucia” o se queda ahogada entre otras frecuencias. Por otro lado, para los locutores y creadores de contenido, un pequeño eco o un ruido sutil en el fondo puede resultar molesto y restar credibilidad al mensaje. Y en un voice-over, donde la voz es la única protagonista, incluso la más mínima interferencia puede distraer al oyente, afectando así su experiencia.
Reducir el sonido ambiente no solo eleva la calidad del resultado final. También hace que tu editor te aprecie mucho más (sí, incluso si tú eres el editor). Y es que, mientras menos ruido tengas que eliminar en postproducción, más tiempo y recursos ahorras. Controlando el ruido ambiental, obtenemos un audio limpio, enfocado en lo que realmente importa: tu voz y/o tu música.
Técnicas para controlar el sonido ambiente
Si quieres lograr un audio impecable, el primer paso es acondicionar tu espacio de grabación de forma eficiente. No es necesario contar con un estudio profesional, pero sí implementar algunas técnicas para eliminar el ruido no deseado. A continuación, te compartimos estrategias prácticas que pueden ayudarte a controlar el sonido ambiental y crear un entorno acústico favorable.
Cabinas modulares y paneles absorbentes
Las cabinas acústicas modulares son una de las soluciones más efectivas para reducir el sonido ambiente. Estas cabinas están diseñadas para proporcionar un aislamiento superior, eliminando ruidos externos y ecos no deseados dentro del espacio. Además, son fáciles de instalar, portátiles y se adaptan a cualquier entorno. Son ideales tanto para estudios profesionales como para espacios de grabación en casa.
Por otro lado, los paneles absorbentes son complementos indispensables para controlar las reflexiones del sonido. Estos paneles están hechos especialmente para evitar el «sonido de caja» en grabaciones de voces. Esta es una problemática común que ocurre cuando el audio rebota en paredes paralelas y se filtra en el micrófono. Colocando paneles en las superficies adecuadas puedes lograr una acústica agradable.
Acomodo del espacio de grabación
Una configuración bien planificada marca una diferencia crucial en el control del sonido ambiente. Lo primero es analizar el espacio: ¿cuáles son sus dimensiones? ¿Cuáles son las principales fuentes de ruido externo e interno? Una medición acústica inicial puede darte respuestas precisas.
Considera los siguientes puntos:
- Si debes elegir entre un espacio pequeño o uno de mayores dimensiones, te recomendamos elegir el más pequeño. Los espacios grandes suelen generar más reverberación de frecuencias indeseables. Es posible que adecuar un espacio así te resulte más complicado y (¡lo adivinaste!) más caro.
- Los micrófonos direccionales como los cardioides son ideales porque captan el sonido de la fuente principal y minimizan el ruido del entorno. Para minimizar el ruido, asegúrate de posicionarte a una distancia adecuada del micrófono. Colócalo lejos de ventanas, puertas o fuentes de ruido externo. Ah, y no te olvides de los soportes antivibración y pantallas antipop para eliminar sonidos molestos causados por la respiración o las consonantes explosivas.
- Colocar paneles absorbentes en puntos estratégicos de las paredes y el techo ayudará a reducir las reflexiones sonoras. Además, las trampas de graves te ayudarán a controlar las frecuencias bajas. Las trampas de graves son dispositivos que controlan las frecuencias bajas, las cuales tienden a acumularse en las esquinas. Colocadas estratégicamente, las trampas evitan que el sonido se vuelva «boomy» o retumbante, algo común en espacios pequeños.
- Evita superficies duras y vacías, que tienden a amplificar el eco y los ruidos. Coloca alfombras gruesas en el suelo y paneles absorbentes en las paredes para evitar ecos y reverberaciones. Usa cortinas gruesas o sellos acústicos en puertas y ventanas para impedir que el ruido exterior se filtre.
Dile “adiós” al sonido ambiente
En conclusión, invertir en el control del sonido ambiente no es solo una mejora técnica. Es una decisión que transformará por completo tu proceso creativo. Sin importar tu proyecto, contar con un entorno acústicamente optimizado marcará una gran diferencia en tus grabaciones.
En Studiobricks, ofrecemos soluciones adaptadas para cada tipo de profesional. Descubre nuestras cabinas insonorizadas y, ¡no dejes que el ruido sea un obstáculo!